miércoles, 22 de febrero de 2012

Belén Avila León (Quito - Ecuador)


Hace aproximadamente 7 años que conozco al que en ese entonces era el Padre Chrysóstomos de la Iglesia Ortodoxa. Durante todos estos años he visto en él un comportamiento intachable, bondadoso, honesto, humano  y ante todo con un don de servicio hacia los demás. En mi caso y en el de mi familia, recibimos la gracia de contar con su guía espiritual, su amistad, y la presencia incondicional del ahora Vladyka Chrysóstomos.  En él no solo hemos encontrado a una persona que nos sostiene en los momentos terriblemente duros que hemos y estamos viviendo, él nos ha llevado de vuelta a la fe sin permitirnos el volver a perderla.
Puedo dar fe de la dedicación y entrega a su labor sacerdotal; no sólo a los miembros de la Iglesia Ortodoxa, sino a quienes necesitan ayuda sin importar su religión. En mi caso y el de mi familia,  no somos ortodoxos, somos católico-romanos; y contrario a experiencias que hemos tenido con otros guías espirituales, Vladyka Chrysóstomos jamás nos ha negado su presencia, una palabra de aliento o sus oraciones. 
 Tanto yo como mi padre hemos sido receptores de milagros sobrenaturales en nuestra vida.
 A pesar de muchos errores en mi vida, por los cuales he sido juzgada. Desde que conocí a Vladyka Chrysóstomos y gracias a su guía y amistad, empecé un trabajo muy duro de sanación espiritual y personal. Regresé a mi fe en Dios. Y He pasado de una enfermedad que me tenía postrada en una cama, deprimida, sola y sin la más mínima esperanza;  a recuperar una vida que parecía perdida, y tener ahora salud, trabajo, el amor de un esposo bueno;  y a pesar del diagnóstico de que no iba a poder tener hijos… hace poco nació de mi un precioso bebé que en honor a la Virgencita,  Madre de toda Bendición, y al milagro que se ha dado en mi, se llama Jose María.
En el caso de mi padre que en el año 2005 sufrió de un ataque cardiaco masivo, y se esperaba su muerte;  al recibir a Dios en su corazón gracias a las oraciones y guía del Vladika tuvo una recuperación milagrosa. Quisiera decir que su salud esta perfecta, pero no es así. Hace un año y medio se le diagnosticó cáncer al pulmón que se ha ido expandiendo al riñón y a la columna. En estos últimos 6 meses ha sido sometido a 2 operaciones, una para extraerle un riñón y la otra para extraerle un tumor en la espalda que ya no le permitía caminar. Por su problema de corazón sus expectativas de supervivencia han sido mínimas, las operaciones implicaban un riesgo altísimo; sin embargo las ha sobrevivido y sigue junto a nosotros. Mi padre era un hombre que no tenía fe y que no había estado cerca de Dios en muchísimos años; gracias a la presencia incondicional de Vladika Chrysóstomos mi papi no solo ha encontrado una luz que lo ha sostenido en los momentos más duros, dolorosos y atemorizantes que puede tener un ser humano cuando se enfrenta a la muerte; sino que mi papa ha regresado a su fe en Dios.*  
 Es muy fácil juzgar a las personas, insultar, faltar el respeto, dudar, escribir mails a los fieles poniendo en duda el carácter de una persona. Es fácil usar el Internet como medio de difamación.  Y también es muy fácil para un ser humano el sucumbir ante esas injurias y tratar de desaparecer. Jamás he visto esa actitud en  Vladyka Chrysóstomos. Ha enfrentado con entereza los ataques de los que ha sido víctima constantemente sin perder sus objetivos sacerdotales y de servicio a los demás. Para mí y mi familia, Vladyka Chrysóstomos no sólo ha sido un “cura más” que nos ha dicho "recen"; él es una guía que mantiene encendida la luz de la fe en nuestros hogares a pesar de las circunstancias tan desgarradoras que vivimos y ahora desgraciadamente   estamos viviendo de nuevo. El ha sido la mano que nos sostiene y el amigo que nos escucha y hasta nos da esperanza y fe cuando el agotamiento y el dolor nos invaden.
Hay muchísimas cosas  más que puedo decir sobre todo lo que ha hecho durante todos estos años y quien es para nosotros el Vladyka Chrysóstomos: nuestro guía espiritual, la persona que no nos permite perder la fe y que nos recuerda la grandeza de Dios a pesar de tanto dolor; la mano que nos sostiene cuando las lágrimas  y el dolor nos carcomen… Puedo describir cada una de las veces que ha estado en nuestras vidas  ya sea en los momentos buenos y en los momentos malos pero me extendería demasiado.
Mi testimonio se basa en años de palpar de cerca la bondad, dedicación, labor sacerdotal, actitud y moral intachables y ante todo amistad incondicional de un ser humano que lucha día a día por el bien de cada una de las personas que lo rodean. Eso es lo Dios espera de cada uno de nosotros y eso es lo que el Vladyka Chrysóstomos hace cada día de su vida. Acciones y no palabras vacías.
Gracias Vladika por ser instrumento para que Dios esté en nuestras vidas. 

*Este testimonio fue escrito tiempo antes del fallecimiento del Padre de Belen, Ing.  Germán Avila, quien habiendo seguido un largo proceso espiritual fue acompañado por el Metropolita Chrysóstomos hasta su final morada y encuentro con el Señor Jesús en el Reino Celestial.

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